En este caso, un particular que se encuentra involucrado en una disputa comercial puede iniciar un juicio para hacer valer sus derechos o defenderse de una acusación o reclamación.
Algunos de los motivos comunes por los cuales un particular puede recurrir a la litigación mercantil son: incumplimiento de contratos (demandas a empresas incumplidoras); responsabilidad civil por daños y perjuicios (derivados de actividades comerciales); reclamaciones de propiedad intelectual (por vulneración de derechos sobre creaciones intelectuales); disputas de socios o accionistas (demandas contra socios o accionistas, o contra empresas para reclamación de derechos); y reclamaciones de consumidores (por ejemplo, por cláusulas abusivas); entre otros.
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